Los mamíferos rumiantes
Los rumiantes reciben
su nombre del acto de rumiar (o rumia), que consiste en masticar la comida
durante periodos prolongados de tiempo. Puede tratarse de alimento recién
ingerido o de material regurgitado para someterlo a un segundo tratamiento en
la boca. Los rumiantes han desarrollado un estómago de gran tamaño y motilidad,
que les permite albergar grandes poblaciones microbianas que se ocupan de
digerir celulosa y otros carbohidratos complejos, rindiendo productos finales útiles
para el hospedador. La rumia ha sido un hallazgo impresionante, gracias al cual
los animales que la han desarrollado han alcanzado un gran éxito evolutivo.
Los verdaderos
rumiantes son los bovinos, ovinos, caprinos, cérvidos, jirafas y antílopes. Su estómago,
que ocupa tres cuartas partes de la cavidad abdominal, está dividido en cuatro
compartimentos: rumen (también llamado panza o herbario), que es el más
espacioso; retículo (redecilla o bonete); omaso (libro o librillo); y abomaso
(cuajar). Los tres primeros constituyen lo que se denomina estómago anterior o
región pregástrica. Y el abomaso sería el verdadero estómago. Los
pseudorrumiantes carecen de omaso; en este grupo se encuentran hipopótamos y
camélidos. Los perezosos, canguros, monos colobos (mamíferos) y el hoazín (ave
de las selvas americanas) también son fermentadores pregástricos, pero no son
rumiantes.
Referencia:
Pérez J. (20/05/2’19), cultura científica, recuperado
de: https://culturacientifica.com/2019/05/20/digestion-simbiotica-los-rumiantes/
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