Cerebro emocional
Cerebro emocional: El cerebro
humano está formado por varias zonas diferentes que evolucionaron en distintas
épocas, cuando en el cerebro de nuestros antepasados crecía una nueva zona
generalmente la naturaleza no rechazaba aquellas antiguas en vez de ello las
retenía formándose la sección más reciente encima de ellas.
Estas primitivas partes del cerebro
humano siguen operando en concordancia con un instintivo conjunto de programas
que proceden tanto de los mamíferos que habitaban el suelo del bosque como así
también más atrás en el tiempo como los toscos reptiles que dieron origen a los
mamíferos.
La parte más primitiva de nuestro cerebro el llamado cerebro reptil, se encarga de los
instintos básicos de la supervivencia:
Cerebro reptil: instinto sexual,
la búsqueda de comida, y las Respuestas agresivas
ante estímulos de peligro. Pelea o huye.
Las respuestas de los reptiles al
objeto sexual, o a la búsqueda de comida, o al predador peligroso eran
automáticas y programadas.
La corteza cerebral:
con circuitos para sopesar opciones y seleccionar una línea de acción, obviamente
no existen en estos animales. Sin embargo, muchos experimentos realizados han
demostrado que gran parte del comportamiento humano se origina en zonas
profundamente enterradas en el cerebro las mismas que en un tiempo dirigieron
los actos vitales de nuestros antepasados.
Aún tenemos en nuestras cabezas
estructuras cerebrales parecidas a la del caballo y el cocodrilo. Nuestro
cerebro primitivo de reptil que se remonta a más de doscientos millones de año
de evolución nos guste o no nos guste reconocerlo aún dirige parte de nuestro
mecanismo para cortejar, enamorar, para así poder casarnos, seleccionar
nuestros dirigentes, presidentes, etc.
Es responsable de muchos de
nuestros ritos y costumbres y es mejor que no derramemos lágrimas de cocodrilo
por esto. Es decir, direcciona nuestras emociones.
El sistema límbico o
cerebro emocional también llamado cerebro medio: es la porción del cerebro
situada inmediatamente debajo de la corteza cerebral.
Y se comprenden centros
importantes como tálamo, hipotálamo, el hipocampo, la amígdala cerebral (no
debemos confundirla con la de la garganta). Estos centros ya funcionan en los
mamíferos manifestándose expresiones emocionales como el amor o la
agresión
En el ser humano estos son los
centros de la afectividad es aquí donde se procesan las distintas emociones
donde el hombre experimenta pena, angustias, y alegrías intensas.
Amígdala Cerebral: su función como centro de procesamiento de las
emociones es hoy incuestionable, pacientes con la amígdala lesionada ya no son
capaces de reconocer la expresión de un rostro, la expresividad en su el rostro
de una persona que este contenta o triste.
En un experimento científico, se
les extirpo a una cantidad de monos la amígdala de su sistema cerebral,
manifestaron un comportamiento social en extremo alterado, perdieron la
sensibilidad, para las complejas reglas de comportamiento social en su manada.
El comportamiento maternal y las reacciones afectivas entre los otros animales
se vieron claramente perjudicadas.
Las investigaciones han aportado
además pruebas que la capacidad de aprendizaje y la memoria requieren de una
amígdala intacta.
Ej.: pusieron a dos chimpancés delante de dos cuencos de comida, en uno de
ellos había un apetitoso bocado el otro estaba vacío, luego taparon los cuencos
al cabo de unos segundos se les permitió a los animales tomar a los animales
uno de los recipientes errados, los animales sanos tomaron el recipiente donde
se encontraba el delicioso bocado, mientras que los chimpancés con la amígdala
lesionada eligieron al azar el bocado apetitoso el bocado no despertó ninguna
excitación de la amígdala y por eso también no lo recordaba.
El sistema límbico está en constante interacción con la
corteza cerebral, una transmisión de señalas de alta velocidad permite que el
sistema límbico y el neocórtex trabajen juntos y esto es lo que explica que
podamos tener control sobre nuestra emoción.
Hace aproximadamente 100 millones de años aparecieron los
primeros mamíferos superiores, la evolución del cerebro dio un salto cuántico
por encima del bulbo raquídeo y el sistema límbico, la naturaleza puso el
neocórtex el cerebro racional.
Sistema Límbico Neo
Corteza (cerebro racional).
A los distintos impulsos y
emociones se añadió de esta forma la capacidad de pensar de forma abstracta más
allá de la inmediatez del momento presente y comprender las relaciones globales
insistentes y desarrollar el YO consciente y una compleja vida emocional.
Hoy en día la corteza cerebral
(la nueva) y más importante zona del cerebro humano recubre y engloba las más
viejas y primitivas regiones que no han sido eliminadas, sino que permanecen
debajo, sin ostentar ya el control indisputado del cuerpo, pero aún siguen activas.
CORTEZA CEREBRA La corteza cerebral no solamente está en el área más accesible del cerebro, sino que también la más distintivamente humana la mayor parte de nuestro pensar o planificar, de nuestro lenguaje, imaginación, creatividad y capacidad de abstracción proviene de esta región cerebral. Así también el Neocórtex nos capacita no solo para solucionar ecuaciones de algebra, para aprender lenguas extranjeras, para estudiar la teoría de la relatividad o desarrollar la bomba atómica. Proporciona también a nuestra vida emocional una nueva dimensión. Amor y venganza, altruismo e intriga, arte y moral, sensibilidad y entusiasmo, van más allá de los rudos modelos de percepción y de comportamiento espontaneo del sistema límbico. Por otro lado, esto se pudo de manifiesto en experimentos con pacientes que tienen el cerebro dañado, esas sensaciones quedarían anuladas sin la participación del cerebro emocional, por sí mismo el neocórtex sería un buen ordenador de alto rendimiento.
Los lóbulos prefrontales y frontales juegan un especial papel en la asimilación mesocortical de las emociones como manager de nuestras emociones asumen dos importantes tareas:
En primer lugar, mover a nuestras
reacciones emocionales frenando las señales del cerebro límbico.
Segundo lugar: desarrollan planes de actuaciones concretos
para situaciones emocionales, mientras que la amígdala del sistema límbico
proporciona los primeros auxilios en situaciones emocionales extremas. El
lóbulo prefrontal se ocupa de la delicada coordinación de nuestras
emociones.
Es por esto por lo que el cerebro
es una maquina compleja, permanece como una de las cosas que más desconoce el
hombre, y en cuanto a sus funciones la conciencia representa solo una parcela
de nuestra psiquis.
En todo caso parece indudable que
nos afectan muchos estímulos que no percibimos conscientemente y que por lo
tanto no podemos evaluar de manera racional algunos llegan a ser importante
como por ejemplo transferirle una explicación racional a un instinto que
vendría ser cuando tenemos las famosas “corazonadas” o de lo que manifestamos
frases como intuyo que…
El número de neuronas que
contiene nuestro cerebro solo en la corteza es calculado en 10.0000.000
millones y el número de conexiones supera toda imaginación.
Dos personas distintas habitan en
nuestro cerebro unidas como mellizos siameses a lo largo de la línea media una
de ellas es verbal, analítica, dominante, la otra es artística, pero muda casi
misteriosa en su totalidad, estos son los:
hemisferios Izquierdo y Derecho: de nuestro cerebro el cual
consiste en dos mitades unidas por
una compleja red de fibras nerviosas que forman un muro en su cable llamada
cuerpo calloso.
La conexión del sistema nervioso
determina que:
Hemisferio Izquierdo: controla
la parte derecha del cuerpo
Hemisferio derecho: controla la parte izquierda del cuerpo.
El comportamiento de los dos
medios cerebros en la gente normal está rodeado de muchos misterios, nadie sabe
si estas dos mitades gemelas se inhiben entre si se ignoran, cooperan,
compiten, o se turnan para los controles del cuerpo.
Casi todos nosotros sin
advertirlo en diferentes circunstancias tendemos a usar solo el hemisferio
derecho, ej.: cuando se nos olvida una
cosa, creemos 100% que la dejamos en nuestro dormitorio, aunque pensemos en
toda la secuencia anterior no recordamos lo que hicimos anteriormente, pero en
la noche mientras divagamos sentados en el computador, se nos ilumina la
memoria, habíamos dejado el objeto en la mesa.
¿De dónde provino ese destello de
intuición?
De nuestro hemisferio cerebral
derecho, con datos que nos proporcionó el izquierdo.
Segundo ejemplo: durante un largo
viaje en automóvil, nos dimos cuenta que el tiempo y al distancia han
transcurrido sin notarlo, teníamos la mente a kilómetros de allí, comentamos
con nuestro amigo, en realidad solo nos habíamos desviado unos centímetros del
lado izquierdo del cerebro hacia el derecho que solo nos distrajo con una serie
animada de intuiciones.
Comprendiendo lo que nos sucede
al interior de nuestro cerebro podemos dar el gran salto de entender que es la
inteligencia emocional y cómo podemos hacer que se desarrolle para poderla
aplicar a nuestras vidas tanto personal como profesional.
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